domingo, 9 de noviembre de 2025

Para Núñez de Cáceres, su patria fue el poder

 Para Núñez de Cáceres, su patria fue el poder

Hay que distinguir entre la verdad histórica y la interpretación. La primera es objetiva y la segunda es subjetiva. El primero se refiere a un hecho, que puede determinarse como verdadero, al menos en principio, mediante el estudio empírico, mientras que el segundo implica una explicación del hecho en cuestión. Yoav J. Tenembaum

 José Núñez de Cáceres nace el 14 de marzo de 1772 en la ciudad de Santo Domingo. 

En 1795, se graduó en derecho civil convirtiéndose en profesor en la Universidad de Santo Tomás de Aquino. 

Escritor, periodista, funda El Duende, primer periódico dominicano; en Caracas fundó El Relámpago, El Constitucional Caraqueño y El Cometa Extraordinario.

 Tiene una categoría especial, casi única en la historia dominicana, su afán permanente de ser funcionario público, cuando no pudo serlo en su natal Santo Domingo se marchó a Cuba, Venezuela y México, también pretendió ocupar cargo en Quito. 

Tal era su vocación que cuando los gobernadores españoles que sustituyeron a Sánchez Ramírez, lo sacaron del rol de funcionario, encabezó uno de los tantos movimientos opuestos a la dominación española, declarando la separación de la nación, pretendiendo la protección de la Gran Colombia.

En 1799, después de la cesión de la parte este de la isla a Francia en virtud del Tratado de Basilea, Núñez de Cáceres, se trasladó con su a la Real Audiencia de Puerto Príncipe, (hoy Camagüey), Cuba. En esta ciudad, en agosto de 1800, fue nombrado Relator por Carlos IV ​ y ejerció su profesión de maestro. 

También sirvió como asesor del gobierno de la Habana. Cuando sus relacionados conquistaron el poder en Santo Domingo, con la expulsión de los franceses en 1809 y la entrega España de la parte este de la isla, regresó para ser nombrado por Juan Sánchez Ramírez. 

Entre el 29 de junio de 1810 y el 7 de mayo de 1813 fue nombrado Teniente Gobernador, Asesor General y Auditor General del Cuerpo de Servicios del Gobierno de la provincia de Santo Domingo A la muerte de Sánchez Ramírez, Núñez de Cáceres trató de ocupar un puesto vacante como miembro de la Real Audiencia de Quito. 

Desde 1809, Colonia de Santo se encontraba en una profunda crisis económica. 

Esto generó un gran descontento en toda la población. Por diferentes motivaciones y pensando en varias alternativas al dominio español, se iniciaron las conspiraciones. 

Unos eran partidarios de sumarse al Estado Haitiano y otros querían un Estado asociado a la Gran Colombia. 

En los primeros meses del año 1821, hubo un conato de rebelión que no tuvo éxito. En noviembre de 1821, surgió un movimiento integrado por pequeños comerciantes, hateros, propietarios mulatos en las zonas fronterizas, con el propósito incorporar la parte española a la República de Haití, con el objetivo de salir de la miseria y abolir la esclavitud, que fue reimpuesta por los franceses y permaneció en la España Boba.

El movimiento que nació en pueblos fronterizos, se extendió a otras poblaciones del Sur y del Cibao. Ante la convulsa situación y temiendo Núñez de Cáceres, el éxito de ese movimiento y sus futuras consecuencias, aceleró la conspiración en la Capital y la noche del 30 de noviembre de 1821 hizo preso al Gobernador y Capitán General, don Pascual, con el apoyo de las tropas del batallón la fortaleza Ozama y anunciando al día siguiente la creación del Estado Independiente de Haití Español.

Crean una junta de gobierno provisional, presidida por Núñez de Cáceres. 

El intento desesperado, al parecer carente de base de apoyo e improvisado de Núñez de Cáceres y sus aliados hateros opuestos a la abolición de la esclavitud, sólo duró dos meses y ocho días; desde el 30 noviembre de 1821 a febrero de 1822 por su corta duración se le conoce como la Independencia Efímera. 

Los partidarios de la revuelta de Núñez Cáceres. tuvieron un carácter urbano, casi restringido a la capital.

Entre las causas de la falta de apoyo de la proclamación de Núñez de Cáceres se citan el no cumplimiento del pacto con Pablo Alí, comandante del Batallón de los Pardos y Morenos Libres, con quien había acordado abolir la esclavitud.

Otro ingrediente en contra fue que en el nuevo Estado para ser ciudadano de pleno derecho había que saber leer y escribir.

Una medida que molestó a los comerciantes del Cibao, fue el impuesto de sesenta mil pesos, que provocó que en la Fortaleza San Luís de Santiago se enhestara la bandera haitiana.

El 19 de enero de 1822, Núñez de Cáceres le expresó a Boyer, mediante carta, que habían acordado todos, unánimemente, colocarse al amparo de las leyes de la República de Haití. 

El 9 de febrero de 1822 miembros del ayuntamiento esperaban a Boyer en la Puerta del Conde para acompañarlo a la sala municipal, donde se le rindieron honores como mandatario. José Núñez de Cáceres, al frente de la municipalidad, le entregó al jefe haitiano las llaves de Santo Domingo. En un discurso de bienvenida afirmó que Boyer entraba como “padre, hermano y amigo» y no como conquistador- 

Terminada su aventura y antes la imposibilidad de seguir ocupando función pública en Santo Domingo, Núñez de Cáceres se dirigió a Venezuela donde se dedicó al periodismo. Finalmente viajó a México donde se radicó definitivamente, con su familia, donde primero se estableció en la ciudad de San Luis Potosí y luego en Ciudad Victoria, capital del Estado de Tamaulipas. 

En los primeros años, ejerció la abogacía. En 1830 fue nombrado fiscal de la Corte Suprema de Justicia. En 1833 elegido senador del Estado de Tamaulipas, en 1833 y miembro del Congreso de la Confederación mexicana. 

También ocupó el cargo de Tesorero de Hacienda Pública. Núñez de Cáceres muere el 11 de septiembre de 1846, en Ciudad Victoria Estado de Tamaulipas. 

El único propósito de Núñez de Cáceres, era el ejercicio del poder, tanto se aferraba a la burocracia del Estado, que decidió la aventura de intentar crear una Estado desde el cual seguir viviendo su vocación de funcionario. Núñez de Cáceres no fue un patriota dominicano, solo fue alguien que puso sus capacidades al servicio de sus intereses personales. 

Nunca deseó ser un ciudadano de un Santo Domingo libre y soberano, lo que le importaba era estar cerca del poder, por eso defendió a los hateros en sus pretensiones de reestablecer los privilegios que gozaban con el régimen colonial español y el mantenimiento de la esclavitud.

Más que un Patriota independentista, Núñez de Cáceres fue alguien apegado a las mieles del poder al servicio de la clase dominante: Los hateros esclavistas.

Por Carlos Checo Estrella

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