viernes, 26 de abril de 2019

Gestión de Riesgos y Desarrollo Sostenible en República Dominicana


Gestión de Riesgos y Desarrollo Sostenible en República Dominicana

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Por C. Checo

República Dominicana está situada en la lista de naciones más vulnerables a desastres por fenómenos naturales del planeta.

A pesar de nuestra condición, es preocupante la incapacidad que tiene nuestra sociedad para asimilar la importancia de la reducción de riesgos de desastres; de la que deriva una baja propensión a tomar medidas que eviten los lamentables acontecimientos causantes de pérdidas de vidas y bienes.

Desde hace décadas organismos internacionales despliegan esfuerzos en interés de que en los países en vía de desarrollo se asuma la cultura de gestión de reducción de riesgos como mecanismo de prevención de desastres.

Estudios realizados por Naciones Unidas señalan el impacto desproporcionado que tienen los desastres naturales en naciones pobres, resaltando la urgencia de tomar acciones que tiendan a disminuir la vulnerabilidad frente a estos eventos en los territorios y en la población, como medio de garantizar la sostenibilidad del desarrollo económico y social de los pueblos.

Las constantes amenazas de desbordamientos de ríos, arroyos, cañadas, inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra, deben obligarnos a estar en capacitad para resistir sus embates y tomar las medidas apropiada a cada momento.

Si bien las autoridades no son responsables de los fenómenos meteorológicos, si lo son de procurar el menor impacto negativo de los mismos.

En nuestro caso debemos regirnos por el artículo 13 del Capítulo III de la Estrategia Nacional de Desarrollo, el cual ordena que: “Todos los planes, programas, proyectos y políticas públicas deberán incorporar criterio de sostenibilidad ambiental y adecuada gestión integral de riesgo”.

Sirve de ejemplo el caso de los habitantes del sector Rafey en el municipio de Santiago que llevan años esperando la construcción de un muro de contención para protegerse de las inundaciones y crecidas repentinas del río Yaque del Norte a 780 familias que residen en los barrios de Nueva Luz, Rincón de Oro, Rafey Centro, Paraje Yaque, entre otros que viven en la incertidumbre ante la amenaza que pende sobre ellos.

Se hace necesario que sin mayor dilación los organismos encargados procedan a poner fin a esta angustia permanente, procediendo a construir la barrera protectora que traería seguridad y calma a los dominicanos y hará crecer la esperanza en los cientos de familias que conviven a diario con altos riesgos.

Vulnerabilidad es la probabilidad de que una comunidad humana, expuesta a una amenaza natural, pueda sufrir daños personales y materiales.

Se denomina amenaza a cualquier factor externo de riesgo con potencial para provocar pérdida de vidas, daños sociales, ambientales y económicos en una comunidad durante determinado periodo de tiempo.

La Defensa Civil ha identificado 932 zonas vulnerables en 26 provincias y el Distrito Nacional.

Es obligación del Estado garantizar protección a la población. Es una responsabilidad ineludible elevar a grados óptimos los niveles de seguridad de nuestras comunidades.

La reducción de riesgos de desastres es una inversión y no un gasto pues. Por cada dólar que invirtamos en prevención podremos ahorrar 7 dólares, durante la respuesta y la recuperación.

Para salvar vida, proteger bienes y propiedades cada vez es imperativo, desarrollar la ejecución de programas y acciones del Plan Nacional de Reducción de Riesgos diseñado por mandato de la Ley 147-02; cuyo objetivo concreto es la reducción, previsión y control de los factores de riesgo, amenazas y vulnerabilidades en República Dominicana.

viernes, 12 de abril de 2019

La mejor presa: Una montaña bien forestada



La Mejor Presa 
Por Ing.Eleuterio Martinez Resultado de imagen para loma miranda

 La única presa que realmente funciona y nunca se agota, es una montaña bien forestada, tejida y construida por la naturaleza durante cientos o miles de años, pues sin una alfombra verde en el lomo de las cordilleras, jamás tendremos agua.

Con la actual sequía que enfrenta el país, ¿dónde se originan los únicos ríos y manantiales con caudal activo? 

Reformulo la interrogante por si el mensaje no se capta, ¿qué pasaría con el agua que consumimos en la capital dominicana si no existiese un parque nacional llamado “La Humeadora”, donde están las tomas de agua de Isa, Mana, Haina y Guananito, construidos a partir de 1924. Más evidente aún, ¿qué pasaría con el agua que consumimos tres millones de almas aquí en la capital, sin el auxilio del acueducto Valdesia – Santo Domingo, alimentado por Valle Nuevo? 

Barrera de Salinidad, segundo acueducto más importante de esta urbe capitalina, está dentro del Parque Nacional Humedales del Ozama. Santiago de los Caballeros, Moca, Tamboril, Licey, Villa González, Gurabo y 15 pueblos más, se abastecen del Acueducto del Cibao Central, cuyas aguas las garantizan los parques nacionales Armando Bermúdez y Baiguate, entre otras áreas protegidas de la Cordillera Central. 

Sin los parques nacionales José del Carmen Ramírez y Valle Nuevo, no habría agua para el Valle de San Juan ni la Plena de Azua. Es más, sin éstas áreas protegidas, la “Presa de Montegrande”, que el Presidente de la República y los pueblos del suroeste consideran la esperanza viviente para la zona económica más deprimida del país, tampoco tendría sentido, porque ¿de dónde vendrían sus aguas?

“Efecto Esponja”, son dos palabras mágicas que resumen la importancia de las áreas protegidas, cuando de agua se trata.

Es el bosque existente y no el que se intenta reconstruir, quien capta las lluvias, donde cada árbol en pie, es una planta de agua, pues sus hojas, corteza, ramas y tallos, incluyendo las bromelias, helechos y orquídeas que sostiene, ordeñan las nubes para alimentar la napa freática, que cuando se llena, se convierte en manantiales, produciendo el agua que inocentemente se escurre entre las rocas en el lecho de los ríos. 

¡Hay que plantar, pero primero tenemos cuidar! 
Las áreas protegidas son las que producen el agua segura de la República Dominicana.