sábado, 2 de enero de 2021

La crisis en la producción de café ha generado pérdidas de divisas, empleos

La crisis en la producción ha generado pérdidas de divisas, empleos

Por Alcides Nova

Santo Domingo

26 noviembre, 2020

 FRAGMENTOS


El café dominicano está en uno de sus momentos más difíciles desde el punto de vista de su capacidad de producción. El Ministerio de Agricultura y el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Coniaf) identificaron el primer brote de roya en 2010, principal enfermedad que afecta el café, en las comunidades de Chene, María Teresa y El Maniel, de Enriquillo, provincia Barahona.

La enfermedad se propagó rápidamente al 75% de las fincas en todo el país y afectó a casi 14,000 empleos directos. Las exportaciones, por vía de consecuencia, cayeron en alrededor de US$74 millones. La organización Oxfam destaca que el café se cultiva en pequeñas áreas y que el 95% de las fincas no pasa de 100 tareas. Cerca de 30,000 familias dependen de este cultivo en un área de 1.6 millón de tareas dedicadas a la producción.

Un informe del Consejo Dominicano del Café ( hoy IDOCAFE) refleja que los niveles de incidencia en algunas regiones llegaron a ser de un 70%. Geográficamente la producción se distribuye de la siguiente manera: región Sur, un 26%; regional Suroeste, un 22%; regional Norte, un 16%; y la Sureste, un 11%.

El café no sólo es una planta que genera valor económico directo, sino que se utiliza para reforestar montañas y cuencas acuíferas. Su vida útil se estima en 25 años.

Pese a que el país producía y exportaba café a diferentes mercados internacionales y generaba divisas, la crisis de producción ha obligado a República Dominicana a importar el producto para satisfacer la demanda interna.

Según datos del Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD), el valor de la exportación de café pasó de US$34 millones en 2012 a US$11.7 millones en 2019, para una reducción absoluta de US$22.3 millones (un -65.58%). En lo que respecta a la importación del grano, pasó de US$1.9 millones a US$34.1 millones en este período, lo cual indica que se registró un incremento absoluto de US$32.2 millones (un 1,694.7%), según datos del Ministerio de Agricultura.

Entre 2002 y 2003, la producción andaba por los 418 mil quintales y se mantuvo así hasta 2012, cuando tuvo un pico de aproximadamente 465 mil quintales.

En ese mismo año empezó el ataque devastador de la roya, que afectó entre el 70% y 80% de las plantaciones, lo cual trajo como consecuencia una caída estrepitosa de la producción, que se colocó por debajo de los 100,000 quintales en cuatro años. “Esa caída provocó que el país deje de recibir unos US$45 millones por esa baja en la producción”, resaltó Guerrero Noyer.

Sostuvo que a partir de ahí ha habido un alza muy tímida y el año pasado se produjeron alrededor de 165 mil quintales y para este año se estima que puede subir entre 15 a 20 mil quintales, si las condiciones del clima se mantienen y la cosecha se puede recoger plenamente.

El cambio climático es el factor externo más considerable en la crisis del sector, debido a que trajo plagas y enfermedades, provocando que las plantaciones de café que ya estaban desnutridas y envejecidas no puedan resistir.

Entre los factores internos se destaca la parte de los materiales vegetativos, ya que están desactualizados, por lo cual es necesario adaptarlo a los tiempos de la agricultura moderna. Eso incluye capacitar a los agrónomos, fortalecer la extensión agrícola en los campos y eficientizar el uso de los recursos que se asignan.