jueves, 3 de febrero de 2022

Salvemos el café

Salvemos el café

 Ruta del café en República Dominicana: estos son los mejores recorridos  para conocer la producción nacional » Intriper

 

Ing. Agr. Carlos Checo Estrella

La caficultura está en crisis, el número de familias dedicadas al café ha disminuido drásticamente, de 50 mil productores registrados en 2007, hoy quedan alrededor de 28 mil. Políticas equivocadas han sido las responsables de la debacle.

El café en la República Dominicana es un elemento integral nacional, no solamente en lo económico, comercial y productivo sino también en lo ambiental, social y cultural.

La caficultura dominicana espera desde hace décadas que desde el Estado un respaldo a las comunidades productoras de café y se ejecute un programa para su rescate, se conocen que medidas y acciones son necesarias para la rehabilitación, desarrollo y expansión del cultivo de café.

Estamos ante un problema social de consecuencias devastadoras, que necesita ser resuelto de forma inmediata.  

La mayoría de los caficultores no tienen los recursos para solventar esta situación calamitosa, sin el apoyo del estado no se puede lograr nada, los productores de café son pobres de solemnidad, viven en malas condiciones con poco acceso a salud, una alimentación adecuada, y viven en hábitats deteriorados y mal comunicados.

Asociaciones de caficultores en todo el territorio nacional reclaman que se creen las condiciones para que las familias productoras sigan en las montañas y esto sólo puede lograrse mejorando la calidad de vida de estos, que pasa necesariamente por mejorar sus ingresos.

El deterioro progresivo de la caficultura dominicana lleva décadas, es urgente un plan que impulse la recuperación de la caficultura, para que el país vuelva a tener al café como una de sus columnas económícas, de los 2.2 millones de tareas dedicadas al cultivo del café en los años 80 y 90, actualmente se cultivan aproximadamente 1.6 millones.  La mayor pérdida de tareas ha ocurrido en los últimos años.

República Dominicana es un consumidor neto de café, el consumo anual del rubro ronda los 500 mil quintales, de los cuales se debe importar el 70%; lo que equivale a una erogación de alrededor de 4 mil millones de pesos que van al exterior, aumentando el elevado déficit de nuestra balanza de pagos.

No se explica que existiendo las condiciones necesarias para suplir la demanda interna de café y exportar grandes cantidades, dada el aprecio de nuestro café en el mercado internacional, no se hayan acometido las acciones de lugar.

Todo ello provocado por la actitud negligente de los organismos responsables de establecer políticas y acciones tendentes a mejorar y desarrollar la producción nacional, algo no entendible ya que el café ha jugado un rol económico, social y ambiental de importancia.

Deben crearse las condiciones para que los caficultores sigan en las montañas y esto sólo puede lograrse mejorando su calidad de vida y auxiliándoles para recuperar sus predios.

La mayoría de los productores de café, alrededor de un 90% son muy pobres. Sí el Estado no los ayuda, no podrán levantar sus predios.

Es pertinente ponerle fin a una situación que agrava la crisis económica, social y ambiental de República Dominicana.

Es urgente la rehabilitación de nuestra caficultura. Sembrar café aumentará nuestra capa boscosa, reducirá la erosión, que daña el suelo y llena las embalses y lograremos abundante producción que invierta la tendencia de una nación otrora exportadora de café convertida en la actualidad en importador neto.

La grave crisis de la caficultura dominicana requiere con urgencia un plan de rescate que enfrente la actual situación, impidiendo su agravamiento y asegure el repunte de un rubro básico para la vida social, económica y ambiental de República Dominicana.

Se necesita un acuerdo nacional, que declare de alta prioridad el rescate del café y se aporten los recursos necesarios para ello.

El rescate del café debe ser parte de un plan general de desarrollo rural que lleve mayor inversión al campo, aumente el gasto social en salud, educación servicios comunitarios, Infraestructuras para la producción el establecimiento de servicios básicos (agua, carreteras, disposición de despachos, energía eléctrica)

Estamos ante un problema social de enormes consecuencias. Que necesita ser resuelto por el gobierno. Políticas equivocadas han sido las responsables de la debacle.

 El café siembra agua y ha sido el único sustento de miles de familias en las montañas.

La ciudadanía y sus organizaciones deben sensibilizarse para que conozcan las problemáticas del sector y de unan a los reclamos para que el Estado dominicano atienda esas necesidades

Reclamar el auxilio de los caficultores dominicanos es una reivindicación por la justicia social.