Obligación cívica: Construir una RD menos vulnerable
En
los últimos cuatro años nuestro país ha sido impactado por ocho eventos
atmosféricos, tres huracánes y cinco tormentas tropicales, dejando grandes daños.
La capacidad de respuesta de la sociedad es clave para la reducción de riesgos
ante los desastres naturales.
Estos
fenómenos representan una amenaza para el país debido a las lluvias,
desbordamiento de ríos, arroyos, cañadas, inundaciones repentinas,
deslizamientos de tierra, caídas de árboles y daños a viviendas que provoca,
nos obliga a estar capacitados para resistir los embates y tomar las medidas
apropiadas a cada momento.
Es
importante desarrollar un protocolo permanente cuyo objetivo concreto sea la
reducción, previsión y control de los factores de riesgo, Amenazas y
Vulnerabilidad.
Se
llama vulnerabilidad a la probabilidad de que una comunidad humana, expuesta a
una amenaza natural, pueda sufrir daños personales y materiales.
Amenaza
es cualquier factor externo de riesgo con potencial para provocar pérdida de
vidas, daños sociales, ambientales y económicos en una comunidad durante
determinado periodo de tiempo.
Las
autoridades, las comunidades y las familias deben motorizar mecanismos para la
prevención y mitigación de desastres y activar planes de contingencia; para que
las próximas temporadas nos encuentren preparados.
Debemos
tomar conciencia en aras de reducir la alta vulnerabilidad que tenemos,
emprendiendo las acciones pertinentes para ello: Ordenamiento Territorial,
forestación intensiva y extensa, aplicación Ley 64-00, acelerar reducción de la
pobreza y la desigualdad.
Los
impactos de las lluvias y vientos pueden ocasionar desastres, si se combinan
con situaciones agravantes como la alta deforestación, asentamientos humanos
vulnerables, territorio con alta degradación usos del suelo de forma caótica e
irracional, sistemas de drenaje pluvial inadecuados o inexistentes.
Estudios
señalan que alrededor de un 68% del territorio en República Dominicana es
propenso a deslizamientos de tierra y a inundaciones.
Años
tras años, la combinación de las amenazas naturales con la realidad social,
económica y ambiental de las poblaciones de los países de América Latina y el
Caribe ocasiona numerosos desastres.
Sólo
en la provincia de Santiago más de 30 mil familias viven en zonas de peligro.
Estar
alertas y preparados para que ninguna eventualidad nos encuentre desprevenidos,
implica estar conscientes del nivel de seguridad de nuestras comunidades y
viviendas y si procede, reforzar los puntos vulnerables. Es primordial; Conocer
cuáles son las amenazas y riesgos a los que estamos expuestos en nuestra
comunidad.
Si
bien las sociedades no son responsables de los fenómenos meteorológicos sí
deben ser responsables de la prevención de sus efectos y la minimización de los
riegos, mediante una oportuna y efectiva Gestión de Riesgos.
Debe
imponerse un nuevo enfoque, el cual además de dar respuesta a los desastres
impulsa actividades encaminadas a anticiparse a y mitigar los probables efectos
de potenciales desastres.
Gestión
del Riesgo es la reducción anticipada de los impactos negativos que podrían
generar los desastres en el futuro. Es el proceso de identificar, analizar y
cuantificar las probabilidades de pérdidas que pueden originarse, para con ello
emprender las acciones preventivas, correctivas y reductivas correspondientes.
La
reducción de riesgos ha de ser tema de alta prioridad de las políticas públicas
en República Dominicana. El Estado debe garantizarle protección a la población,
especialmente a los sectores más vulnerables expuestos al impacto de los
desastres naturales.
Años
tras años los fenómenos atmosféricos nos señalan vulnerabilidades, que es
preciso ir reduciendo. Las lluvias torrenciales y los fuertes vientos sobre el
territorio nacional traen graves consecuencias: cuantiosos daños materiales,
pérdida de vidas y desplazamiento de miles de personas entre otros.
A
pesar que desde hace décadas expertos e instituciones despliegan esfuerzos en
pro de implantar la cultura de Gestión de Riesgos, asombra la incapacidad de
reflexión de nuestra sociedad, muy pocos se refieren a las causas de los
desastres y no se toman medidas para evitar que se repitan
estos lamentables
acontecimientos.
Alertas
y decididos, reduzcamos las vulnerabilidades.
¡Salgamos
del círculo vicioso que nos aleja del desarrollo!
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