CELAC: Integración soberanía y desarrollo
Y el día en que estalle
la libertad suprema y soberana,
procure estar bien cerca y bullicioso
porque habrá una gran patria,
una grande, inmensa, inmóvil patria para todos
y no habrá ni un país para estas lágrimas...
Pedro Mir
Carlos Checo Estrella
Las naciones de América latina y el Caribe están llamadas a desempeñar un papel crucial en la configuración de un nuevo Orden internacional, actuando con mayor independencia, soberanía y neutralidad frente a las luchas de los poderes globales luchando contra la dependencia económica, la desigualdad social y las presiones políticas, construyendo el camino hacia un mundo más equilibrado y pacífico.
La integración regional en América Latina es una necesidad para impulsar el desarrollo económico y social de la región y para insertarse en el mundo.
La integración puede hacernos más independientes, más soberanos, y más relevantes en la esfera internacional
Solamente actuando de manera unida y cohesionada podremos hacer frente, como región, a los grandes desafíos del mundo actual.
La Comunidad de Estados Latinoaméricanos y Caribeños (CELAC) surge en diciembre de 2011, con la “Declaración de Caracas” firmada por los jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la III Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC) y la XXII Cumbre del Grupo de Río.
La CELAC nace con el compromiso de avanzar en el proceso gradual de integración de la región haciendo un equilibrio entre la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural entre los habitantes de América Latina y el Caribe.
La CELAC se fundamenta en los siguientes principios y valores comunes: el respeto al derecho internacional, la igualdad soberana de los Estados, el no uso ni la amenaza del uso de la fuerza, la democracia, el respeto a los derechos humanos, el respeto al medio ambiente, tomando en cuenta los pilares ambiental, económico y social del desarrollo sustentable, la cooperación internacional para el desarrollo sustentable, la unidad e integración de los Estados de América Latina y el Caribe; y un diálogo permanente que promueva la paz y la seguridad regionales; basada en la solidaridad, la inclusión social,
En sus 14 años de existencia, la CELAC ha contribuido a profundizar el diálogo entre todos los países de la región en temas como el desarrollo, la educación, la cultura, el desarme nuclear, la agricultura, las finanzas, la energía y el medio ambiente.
Esta entidad, se distingue como un espacio de consenso donde se abordan temas nodales como seguridad alimentaria, igualdad de género, lucha contra la corrupción, migración, desarrollo sostenible y cambio climático. También trabaja en la promoción de la ciencia, la tecnología y la innovación, fundamentales para el desarrollo de los países latinoamericanos. Su papel en la región ha sido crucial para la cooperación política y la mejora de las relaciones entre las naciones miembros
La CELAC se constituye como la voz unificada de la región en temas de consenso. Es el interlocutor único, que puede promover y proyectar una voz concertada de América Latina y el Caribe en la discusión de los grandes temas globales con el objetivo de buscar una mejor inserción y proyección de la región en el ámbito internacional.
Es la voz de una región que incluye a más de 600 millones de personas, alrededor del 8% de la población mundial y que genera alrededor del 7% del PIB mundial. Entre sus atribuciones está mantener la interlocución con otros países y grupos regionales, y destacan sus relaciones extra regionales con la Unión Europea, China, India, Corea, Rusia y Turquía.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC) celebró su IX Cumbre en la capital de Honduras, los días 8 y 9 de abril con llamados de los presidentes asistentes a fortalecer la integración y la unidad de la región.
El encuentro internacional tuvo como objetivo principal aprobar la Declaración de Tegucigalpa, un documento que delineará el rumbo de la política e integración regional.
«No podemos seguir caminando separados cuando el mundo se reorganiza sin nosotros», afirmó la presidenta de Honduras y pro témpore del mecanismo, Xiomara Castro, en su discurso de inauguración de la reunión.
Castro advirtió la necesidad de la unión ante el clima de incertidumbre que vive el mundo tras las nuevas medidas arancelarias y el incremento de sus presiones contra países de la región.
La IX Cumbre de la CELAC, se celebró en momentos en que sus países enfrentan la incertidumbre por la guerra comercial declarada por Estados Unidos, con la imposición de un «arancel recíproco» del 10 % a todas las importaciones procedentes de países de América Latina, con excepción de Venezuela y Nicaragua, que enfrentarán tasas más elevadas, del 15 % y el 18 %, respectivamente.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó una propuesta para que se convoque a una cumbre por el bienestar económico de América Latina y el Caribe, para hacer realidad una mayor integración económica regional sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a nuestras soberanías».
«En México hemos aprendido que, frente a la adversidad, siempre la esperanza, y la esperanza hoy es la unidad», enfatizo.
Luiz Inácio –Lula- da Silva, dijo que es tiempo de rescatar el espíritu plural y pragmático que unió a la región a principios de siglo «Si seguimos separados, la comunidad latinoamericana y caribeña corre el riesgo de volver a ser una zona de influencia en una nueva división del mundo entre superpotencias», dijo.
Señaló que América Latina no debe verse perjudicada por la guerra comercial entre EEUU y China, y que no quieren ver una segunda Guerra Fría.
La necesidad del fortalecimiento de la integración fue reclamada también por El presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien, en nombre de Colombia, recibió la presidencia pro témpore, del mecanismo, defendió el multilateralismo para enfrentar políticas que afecten a las naciones de región y otras del mundo.
Al cierre de la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC), la Declaración de Tegucigalpa.
La Declaración de Tegucigalpa ratifica la plena vigencia de la denominada Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. Esta tiene como base el respeto a los propósitos y principios de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, la cooperación internacional, la democracia y el Estado de Derecho, el multilateralismo, la protección y promoción de todos los derechos humanos. el respeto a la autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos, la soberanía y la integridad territorial.
República dominicana, debe hacer suyos los pronunciamientos de esta cumbre y redoblar esfuerzos a fin de que se hagan realidad los fines y propósitos de ese espacio de integración regional.
Formular y aplicar una política exterior que corrija las deficiencias; acrecentando y consolidando las relaciones de amistad, comercio y cooperación, con nuestras naciones hermanas contribuyendo así al abordaje con éxito de los desafíos presentes y futuros, para promover el progreso económico, social y político de nuestro pueblo.
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