jueves, 4 de diciembre de 2014
DON POPPY BERMUDEZ Y SUS APORTES AL DESARROLLO DE SANTIAGO
DON POPPY BERMÚDEZ Y SUS APORTES AL DESARROLLO DE SANTIAGO
Por Edwin Espinal Hernández
Miembro del comité organizador de la Asociación para el Desarrollo, Inc., en 1961, junto a Alejandro Grullón E., Víctor Espaillat Mera, Arturo Grullón E., Tomás A. Pastoriza Espaillat, Sebastián Mera, Carlos A. Bermúdez P., Guillermo León, Gustavo Tavares Griesser y Luis B. Crouch Bogaert, y vicepresidente de su primera junta directiva, encabezada por Víctor Espaillat Mera, J. Armando Bermúdez P. (Poppy) fue una de las figuras claves en el desarrollo de la ciudad de Santiago con posterioridad al ajusticiamiento de Trujillo.
Don Poppy se destacó desde los inicios de APEDI como un activo socio, altamente motivado por su éxito y sus proyectos, como ocurrió en 1962, cuando integró, junto a Tomás A. Pastoriza Espaillat y Luis B. Crouch Bogaert, el subcomité pro instalación del Instituto Superior de Agricultura, cuyos terrenos escogió y de cuya primera junta de directores fue vicepresidente; en 1967, cuando fue partícipe de la fundación de la Compañía Financiera Dominicana en 1967, primera financiera del país; en sus presidencias durante 1965-1966 y 1966-1967 y en este último año cuando – al igual que Crouch- aportó económicamente para la compra de los terrenos donde se instalaría “Envases Antillanos”. Podría decirse que Bermúdez fue el sucesor natural del liderazgo que Pastoriza y Crouch habían forjado, manifiesto en el Instituto Superior de Agricultura, el Centro Científico de Desarrollo Agrícola, el Centro Agrícola de La Herradura, el Comité de Estudios Dominicanos y la Compañía Financiera Dominicana.
Don Poppy dio pruebas continuas y consistentes de esa transición de liderazgo no solo cuando se desempeñó nuevamente como presidente de APEDI en los períodos 1971-1972 y 1972-1973, al orientar las gestiones para el establecimiento de rutas de transporte colectivo urbano en Santiago, de una línea aérea y de una línea ferroviaria que prolongara la existente en el puerto de Manzanillo hasta Santiago y se extendiera a Puerto Plata, La Vega y Haina, sino también cuando fue vicepresidente de la Corporación de la “Zona Franca Industrial de Santiago”, en 1974; gestor de la “Corporación Turística del Cibao, S.A.” (CIBAOTUR), que legó a la ciudad el campo de golf “Las Aromas”, construido en 1978, y presidente de la Corporación pro construcción del Aeropuerto Cibao, su prueba más persistente. En efecto, gracias a sus gestiones, en 1977 se contrató a la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) para realizar un estudio de localización del nuevo aeropuerto y aunque el interés por el proyecto decayó después de 1978, él lo mantuvo vivo, al entender que sería la principal obra de la región, después de la Universidad Católica Madre y Maestra y la Zona Franca Industrial.
Tomado de Santiagueros de todos los tiempos
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